jueves, 24 de diciembre de 2009

Segunda 1969

Me casé en diciembre del sesenta y siete y sigo con alumnos adultos, ahora en otra montaña. Puedo ver a lo lejos el cielo que cubre el pueblo donde vive mi marido.
Vivía con otra compañera que daba clases de primaria. Compartiamos habitación si así se le podía llamar a aquello. Era media noche y me desperté con un ruido tremebundo, pensé que entraban docenas de hombres a robar, quise encender la luz pero no había En ese segundo me di cuenta que aquello era un terremoto. Entre en un estado de locura, diría yo, pues la reacción que tuve no era normal. Lo primero fue querer salir por la ventana sin darme cuenta que de hacerlo me hubiese matado, por la altura que tenía, pero yo en ese instante solo veía la acacia que había enfrente de la escuela y pensé que ese sería un lugar seguro que la tierra aunque se abriera haría de puente.
Ignorancia la mía. El susto fue tanto que mi compañera me tenía cogida por las piernas y comenzó a darme razones cientificas de como eran las montañas gallegas, para que me tranquilizara.
Pasados cuatro meses tuve un aborto, el médico no tenía explicación para el caso pues era de menos de un mes lo expulsado, pero yo ya hacía cinco meses que estaba embarazada.
¿Cual había sido la causa? Después de esploraciones lo expulsado había muerto en febrero justo después del gran susto.
La imagen que guardo, es de una casa con una acacia delante que yo consideraba me salvaría la vida

sábado, 19 de diciembre de 2009

primera vivencia 1967

Mi primer destino fue dando clases a alumnos de 17 a 60 años. Yo tenía entonces 20 años.
Tengo de ese curso una imagen que después de 42 años no se borró. Es como una foto en mi mente.
Cierro los ojos y lo veo todo como si fuese real.
Hacía días que una alumna no venía a clase y decidí ir a visitarla. Estaba en un habitáculo que era dormitorio, cocina, sala. Un espacio lúgubre, frío y allí estaba ella entre mantas, vivía sola tenía cincuenta años. En ese momento me pregunté ¿como una señora en esas circunstancias tenía la ilusión de aprender? ¿no tendría yo demasiadas cosas?
Desde ese día me propuse conocer la situación familiar de mis alumnos para que además de transmitirles conocimientos pudiese hacerles felices.